miércoles, 29 de enero de 2014

Mi princesa

Ella es esa luz que te sorprende al despertar de un largo sueño, al inicio es fuerte, pero cuando vas acostumbrándote a su fuerza, es cálida, blanca con tonos amarillos y rojos en los bordes. 

No dice mucho pero siempre tiene la palabra precisa que estremece tu corazón.

De larga cabellera, ojos color azabache, lentes rosas y sonrisa agradable. Piel canela, largos brazos y piernas.

Su corazón grande lleno de confianza abundante.

Su voz es un maravilloso canto de ángeles celestiales, que estremece la piel y acelera el ritmo del corazón. 

La conocí el verano del dos trece, su carisma me cautivó desde el primer instante. Su energía lleno mi ser y su carisma mi corazón.

Pasaban las 8 de las mañana y tomaba el desayuno, cuando me miró y dijo mucho gusto Dj soy Steph. Quise abrazarla pero la pena me ganó. La emoción en ambos fue como el Big Bang, entre sonrisas nerviosas y cargadas de emoción el desayuno terminó.

 En el inicio fue un camino lleno de aprendizaje, conocernos y vencer la barrera de los celos, al final ambos amamos y luchamos por el amor de la misma mujer. 

Pasaba el día y un viaje al este ayudaba a mejorar la comunicación. Con el sol en nuestras cabezas y el brilo del mismo en nuestros pies el viaje transcurrió.

Dejamos el suave suelo para pasar a uno más sólido y estable, datos históricos de batallas de nuestro país salían de un interlocutor, mientras me invadía el silencio y mataba las palabras que mi boca quería expresar.

Con el sol en el horizonte, volvimos al origen, entre quesillos y coca cola la platica parecía fluir. El tráfico fue un buen cómplice. Nos hicimos buenos amigos.

Con el tiempo somos confidentes, cada texto o conversación que tenemos nos une más. 

Ahora yo soy su papi lindo y ella ...


 ... Ella es mi princesa. 

martes, 28 de enero de 2014

Un día normal



Eran las horas de la madruga, en realidad nunca dormí y esperaba el sol salir e iluminar la mañana.

La mente enfocada en el plan trazado sigilosamente, a la mejor manera de espías, si, especialistas en cuestión.

Llegada la hora que iniciaría la misión, tome mi maleta con unas pocas cosas, todo terminaría en una sola noche. Cogí camino y ese día hasta la ruta fue distinta para despistar la miradas de enemigos y las balas de asesinos.

Llegue a mi destino, tome la pluma y plasme mi nombre en el registro, después de pensar por unos minutos, decidí usar mi nombre real. La idea era ocultarse pero dejar rastros de quien sí quería ser encontrado.

El reloj empezó su marcha, el cronómetro marcaba 12 horas restantes aproximadamente. A mi dispositivo de comunicación de la agencia, Ok ... Era mi celular. Pero me llegaban actualizaciones de la ubicación constante del objetivo.

Me acosté en la cama del hotel, preparé toda la escena donde se produciría la batalla, como experimentado agente cubrí cada detalle con cuidado.

El tiempo seguía su curso, para despistar y más para calmar los nervios decidí salir a hacer un reconocimiento, revisar los perímetros y calmar al primero de los asesinos, el hambre.

Me dirigí a un centro de compras local, cerca de mi ubicación y procedí a ejecutar el objetivo opcional, el cual logré sin problemas. Volví a mi posición y esperé.

Con la Laptop encendida y la tele también, ordenaba las ideas según las actualizaciones que llegaban a mi celular. Hacía cambios de últimos momentos, preparaba mejor la escena y reunía todo mi autocontrol ... Era mi primera misión.

Finalmente llegó la hora, a pesar de no haber dormido el día anterior, mi ojos estaban atentos, despiertos, listos a cualquier movimiento. Me subí a un irregular en la pared que parecía sostener mi peso, mi cabeza asomaba mi mirada hacia la entrada del local ... El objetivo había llegado.

En ese instante, los nervios dominaron mi ser, el entrenamiento y la preparación previa no habían servido para nada. Debía calmarme o la misión iba a fracasar. Me repuse y levanté la mirada por aquella ventana.

Sin perder momento seguía cada movimiento de mi objetivo, lo vi entrar en una habitación y espere ... Se me había informado que llegaría un último mensaje con los datos de la reunión para culminar la misión

... esperé ...

No hubo mensaje, de repente el silencio se rompió con un toque a la puerta de mi habitación.

... Fui sorprendido por mi objetivo ...

El entrenamiento, los libros y una academia no te enseñan jamás lo que puede suceder en el campo, en la vida real.

Me acerque a la puerta, me asomé por el visor y dispuesto a vivir o morir en aquella batalla ... abrí.

Nervios, seguidos de pocas palabras, dieron paso a la batalla ... Hubo sangre.

Las armas quedaron desparramadas, el enfrentamiento pasó a ser físico en una lucha por demostrar quien poseía mejores habilidades. Poner en práctica las habilidades aprendidas en la academia, el clímax, el éxtasis, el fin.

... Silencio ...

Bajo un luz tenue se vio su silueta escapar, más rápido que como llegó, se perdió entre pasillos hacía su habitación. Yo, incapaz de seguir mi objetivo, un certero disparo al corazón me dejó imposibilitado de hacerlo.

Permanecí en mi habitación, donde por horas había preparado todo para el crimen perfecto. Nada sirvió, la premeditación, los detalles, fui vencido en un instante sin poder defenderme.

Espere a recuperar la conciencia, tratando de responderme ¿qué había hecho mal? ¿en qué fallé? Así me sorprendió la mañana.

Una actualización hizo sonar mi celular, el objetivo se había movido, tenía una segunda oportunidad para completar en lo que tristemente había fallado. Cubrí mis heridas y me moví a la nuevas coordenadas, en el mismo hotel.

Al llegar al punto, me estaban esperando ¿cómo es posible? ¿Habría un infiltrado en la organización? Me acerque al objetivo

... Más breves palabras ...

Fui vencido por segunda vez y en esta ocasión no supe como, me encontraba en un abrir y cerrar de ojos en mi habitación, con las heridas sangrando aún más. Está vez fue peor, fui vencido y mi objetivo escapó.

Salí tan rápido como pude, me enviaron nuevas coordenadas. Estaba confundido, dudaba si la información que llegaba a mi celular era confiable. Pensé ignorarlas, pero la agencia no perdona deserciones, podría convertirme yo en el objetivo.

Me dirigí hacia el control central, para equiparme para la nueva misión y así partí tras mi presa.

Misión 2

... Continuará ...