Nuestra boda

Se dice que nacemos sólos y sólos hemos de morir, no estoy de acuerdo. El ser humano no está hecho para estar sólo, fuimos creados en pares, una hembra y un macho, un hombre y una mujer.

Sos el sueño de un niño sentado en un banca de frente a la Eiffel en París. El de un hombre traicionado que lloró muchas noches pensando que el amor no era para mí. Me hiciste volver a creer, me hiciste humano otra vez.

No te puedo describir cuanto te amo, por que de verdad ni con todo el conociemiento que tengo, ni los estudios puedo encontrar las palabras precisas. Pero si te digo, que mi vida es tuya y mi corazón está en tus manos hasta que abandone este mundo.

Verte caminar al altar, mi cuerpo invadido por una energía que me paralizaba y me emocionaba al mismo tiempo. Manos heladas ansiando calentarse con las tuyas. Un corazón acelerado buscando paz al latir al lado del tuyo. Un padre que encomienda uno de sus tesoros más preciados a este caballero de negra armadura.

Una liturgía que une dos vidas para siempre en el bien y el mal, sellando la promesa de amarte hasta el final. Un Ave María con una voz fuerte que entra al alma como cincel que va labrando a golpe de martillo un para siempre.

A Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo se le manda la noticia que dos almas se han unido en sacramento, para que nadie en la tierra los pueda separar.

Y así sale una sola alma, con dos corazones al mundo a luchar lo que tanto quieren, lo que han jurado proteger.